En 2027, la NASA planea lanzar la misión Dragonfly, que se dirigirá a la luna más grande de Saturno, Titán. A bordo de la nave espacial no habrá un vehículo todo terreno con ruedas, sino un helicóptero. Según la NASA, su autonomía de vuelo será mucho mayor que la de un vehículo con ruedas: Dragonfly podrá cubrir unos 16 kilómetros por cada media hora de vuelo.
La misión llegará a Titán en 2034, después de lo cual el helicóptero deberá realizar un suave aterrizaje en paracaídas sobre el terreno helado, oculto a miradas indiscretas por la espesa niebla tóxica de hidrocarburos que llena la atmósfera de la luna de Saturno. Luego comenzará su misión de dos años, durante los cuales el dron explorará un área de cientos de kilómetros de ancho.
El lugar de aterrizaje de Dragonfly será el campo de dunas de Shangri-La, cerca del cráter Selk, que tiene unos 80 km de diámetro. Esta región fue fotografiada por la nave espacial Cassini de la NASA durante su misión a Saturno entre 2004 y 2017.
“Dragonfly aterrizará en la región ecuatorial y seca de Titán. A veces llueve metano líquido, pero aun así, el lugar se parece más a un desierto terrestre, con dunas, pequeñas montañas y un cráter de impacto”.
Selk es un lugar interesante. Se esperaba que fuera un objeto geológicamente joven, quizás de un par de cientos de millones de años, el impacto que lo formó derritió el hielo local, provocando interacciones entre el agua líquida fresca y las moléculas orgánicas presentes en la sopa de hidrocarburos en la superficie de Titán. Los astrobiólogos están particularmente interesados en la química prebiótica, una química que involucra moléculas ricas en carbono pero que no está mediada por seres vivos.
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