La Casa Blanca ha publicado un borrador de la Declaración de Derechos de la Inteligencia Artificial, que está diseñado para aumentar la privacidad y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses que se encuentran con sistemas automatizados.
El anuncio del proyecto, desarrollado por la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) del gobierno de EE. UU., tiene como objetivo avanzar en cinco áreas clave de la seguridad de la inteligencia artificial (IA): sistemas seguros y efectivos, protección contra la discriminación algorítmica, privacidad de datos, notificación y divulgación, y Human Alternatives, opciones de consideración y respaldo. El plan se aplicaría a cualquier sistema automatizado que “tenga el potencial de afectar significativamente los derechos, las capacidades o el acceso del público estadounidense a recursos o servicios críticos”, escribió la Casa Blanca.
A primera vista, las ideas descritas en el proyecto son exactamente el tipo de cosas a las que el gobierno federal debería prestar atención a medida que las empresas y los gobiernos de todo el mundo avanzan para automatizar sus procesos. El problema es que son solo ideas. Esto es lo que el gobierno federal cree que debería convertirse en ley, pero nada en el plan es legalmente vinculante y, esencialmente, nada ha cambiado. El proyecto también ve el surgimiento de sistemas de automatización artificialmente inteligentes como algo inevitable, en lugar de una amenaza a enfrentar.
El corazón de OSTP está en el lugar correcto, ya que busca proteger a los estadounidenses marginados de la vigilancia policial predictiva (donde un sistema automatizado puede sospechar que una persona cometió un delito antes de que lo haga, generalmente en función de la etnia o el género), pero puede hacer más, en lugar de simplemente confiar en las empresas para realizar los cambios que él sugiere en sus sistemas automatizados.
En particular, OSTP quiere que la supervisión humana sea un “respaldo” cuando falla la automatización, y que nunca sea la implementación principal del sistema, independientemente del hecho de que en ciertos escenarios, como atención médica y seguros, haría que el sistema sea más seguro.
En conversación con Wired, Annette Zimmermann, investigadora de IA, justicia y filosofía moral de la Universidad de Wisconsin-Madison, cree que el proyecto, que no tiene en cuenta la simple falta de automatización, es la mayor amenaza para los estadounidenses. derecho a la justicia. En otros países del mundo, la legislación que adopta una postura dura sobre el papel de la inteligencia artificial en la vida de las personas puede estar en camino.
Este año, el Parlamento Europeo debatió una nueva versión de la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, y algunos eurodiputados apoyaron la prohibición de la vigilancia predictiva. Se espera que la votación tenga lugar a fines de 2022, y los patrocinadores de las enmiendas dicen que la vigilancia policial predictiva “viola la presunción de inocencia y la dignidad humana”.
Las propuestas de la Casa Blanca pueden ser interesantes de observar, pero en comparación con los esfuerzos en la UE, pueden quedarse cortas y finalmente quedar en nada.
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