Un grupo internacional de investigadores realizó un experimento a largo plazo a bordo de la Estación Espacial Internacional para probar los efectos de la radiación cósmica en las células madre embrionarias de ratón. Los resultados obtenidos ayudarán a los científicos a evaluar mejor la seguridad y los riesgos asociados con la radiación cósmica para futuros vuelos humanos al espacio.
En su estudio, el equipo cuantificó directamente el efecto biológico de la radiación cósmica mediante el lanzamiento de células madre embrionarias de ratón congeladas desde la Tierra a la Estación Espacial Internacional, exponiéndolas a la radiación cósmica durante más de cuatro años y cuantificando el efecto biológico mediante el estudio de las aberraciones cromosómicas. Los resultados del experimento mostraron por primera vez que el efecto biológico real de la radiación cósmica concuerda con las predicciones previas basadas en mediciones físicas de la radiación cósmica.
La gente común ahora puede viajar en el espacio, y la posibilidad de vuelos tripulados de larga duración al espacio profundo, como la Luna y Marte, está aumentando. Sin embargo, la radiación cósmica sigue siendo un factor limitante para la investigación tripulada. Los científicos realizan una intensa investigación sobre la medición de dosis físicas de radiación cósmica para comprender mejor sus efectos en el cuerpo humano.
Sin embargo, debido a que la mayor parte de la investigación hasta el momento se ha realizado en tierra y no en el espacio, los resultados han sufrido incertidumbre, dado que la radiación cósmica consiste en muchos tipos de partículas con diferentes energías, y los astronautas están continuamente expuestos a dosis bajas. El entorno espacial real no se puede reproducir exactamente en la Tierra.
“Nuestra investigación tiene como objetivo abordar las deficiencias de los experimentos terrestres anteriores al cuantificar directamente el efecto biológico de la radiación cósmica en la Estación Espacial Internacional y comparar este efecto biológico del mundo real con las estimaciones físicas de los experimentos terrestres”, dijo Takashi Morita, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Metropolitana de Osaka. Los resultados obtenidos contribuyen a la reducción de incertidumbres en las evaluaciones de riesgo de los vuelos espaciales tripulados”.
El equipo preparó unos 1.500 criotubos que contenían células madre embrionarias de ratón altamente radio-sensibles y los envió al espacio. Su investigación fue de alcance complejo: siete años de trabajo previo al lanzamiento, cuatro años de trabajo posterior al lanzamiento y cinco años de análisis.
Mirando hacia el futuro, los investigadores esperan llevar su investigación un paso más allá. “Para seguir trabajando, estamos considerando el uso de células madre embrionarias humanas en lugar de las de ratón, dado que las células humanas son mucho más adecuadas para la evaluación del riesgo humano y también son más aptas para el análisis de aberraciones cromosómicas”, dijo el profesor Morita.
Los estudios futuros también pueden incluir el lanzamiento de ratones individuales u otros animales de experimentación para analizar sus aberraciones cromosómicas en el espacio. “Tales experimentos en el espacio profundo pueden contribuir aún más a la reducción de las incertidumbres en la evaluación de los riesgos de los viajes humanos a largo plazo y la estancia en el espacio”, concluyó el profesor Morita.
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