Investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) en los EE. UU. han desarrollado con éxito una abeja robot que puede volar como una abeja real, lo que marca un logro significativo en robótica.
El robot, llamado Bee++, tiene cuatro alas, cada una equipada con actuadores livianos independientes que pueden controlar las alas de forma independiente. Este diseño permite que la abeja robótica imite los seis grados de libertad de movimiento de los insectos voladores naturales.
La abeja robot pesa 95 mg, mucho más que las abejas naturales, que pesan alrededor de 10 mg, pero puede usarse para tareas como la polinización artificial en áreas donde los polinizadores naturales son escasos, o incluso para ayudar en operaciones de búsqueda y rescate en un espacio limitado.La investigación fue dirigida por Nestor O. Pérez-Arancibia, profesor asistente en la Escuela de Ingeniería Mecánica y de Materiales de la Universidad Estatal de Washington, quien ha estado trabajando en insectos artificiales durante las últimas tres décadas.
Su trabajo anterior se centró en desarrollar una abeja robótica con dos alas, pero solo tenía movilidad limitada. En 2019, su equipo de investigación logró un gran avance al construir un robot de cuatro alas que era lo suficientemente liviano como para volar por el aire. Sin embargo, incluso para despegar y aterrizar de forma independiente, los controladores tenían que actuar de la misma forma que el cerebro del insecto.
Para lograr ciertas maniobras, los investigadores desarrollaron patrones específicos de batir las alas delanteras frente a las traseras para el vuelo de baile y las alas derechas frente a las izquierdas para rodar. La diferencia de oscilación crea un par que permite que Bee++ gire alrededor de sus ejes horizontales principales.
Los investigadores también pudieron simular un complejo movimiento de bostezo en vuelo, lo que permitió que la abeja robótica mantuviera la estabilidad y se concentrara en puntos específicos durante el vuelo. Para lograr este control, los investigadores implementaron un diseño en el que las alas se agitan en ángulo, imitando el movimiento que se observa en las alas naturales de los insectos. Esta adaptación permite que el robot controle los giros, lo que mejora su maniobrabilidad.
Los investigadores también aumentaron la frecuencia de los alerones de 100 a 160 veces por segundo, creando la sustentación y la maniobrabilidad necesarias para un vuelo estable. Actualmente, el tiempo de vuelo autónomo de Bee++ es de solo cinco minutos. Por lo tanto, necesita estar constantemente conectado a una fuente de alimentación.
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