La NASA ha identificado el avión que se construirá como parte del proyecto de demostración de vuelo sostenible como el avión X más nuevo. La Fuerza Aérea de EE. UU. lo ha llamado X-66A, y se construirá con Boeing y se centrará en lograr cero emisiones de la aviación de pasajeros. El proyecto está en línea con el Plan de Acción de Cambio Climático de la Casa Blanca, según un comunicado de prensa de la NASA .
El estado de X-plane se otorga a los programas que tienen como objetivo revolucionar la configuración de las aeronaves. Estos dispositivos están destinados únicamente a fines de investigación y se utilizan para probar diseños y tecnologías. Ninguno de los aviones X se puso en producción ni se usó como prototipo. Sin embargo, la tecnología eventualmente encuentra su camino en otros diseños de aeronaves.
La historia de los aviones X se remonta a la década de 1940, cuando la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, predecesora de la NASA, creó un avión experimental en asociación con la Fuerza Aérea y la Marina de los EE. UU. Desde entonces, la NASA ha agregado muchos proyectos a la lista de aviones X, siendo el último el X-66A.
La NASA no solo está interesada en otros planetas y estrellas, sino que también presta atención a los problemas que conciernen a nuestro propio planeta. La aviación comercial representa el 2,5% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo, y la mayor parte proviene de los aviones de fuselaje estrecho, los caballos de batalla de la industria. El Proyecto de Demostración de Vuelo Sostenible tiene como objetivo revolucionar el diseño de estos aviones al realizar cambios clave, como agregar un nuevo diseño de ala.
Como parte de este proyecto, la NASA se asoció con Boeing, que está modificando su avión MD-90, para crear un avión con un fuselaje más corto, un motor nuevo y un diseño de alas. Se espera que el avión tenga alas largas y delgadas con motores ubicados debajo y puntales aerodinámicos como apoyo.
La NASA y Boeing buscaron el estado de X-plane inmediatamente después de que se aprobó el proyecto. “Estamos orgullosos de este estatus porque significa que el X-66A será el siguiente en una línea de aeronaves experimentales utilizadas para probar diseños innovadores que han transformado la aviación”, dijo el director técnico de Boeing, Todd Citron.
Se espera que los elementos del nuevo avión, como la nueva configuración del ala, los motores y la arquitectura, reduzcan el consumo de combustible en un 30 % en comparación con los mejores aviones de su clase disponibles en la actualidad. Boeing invertirá aproximadamente $725 millones en el X-plane, mientras que la NASA proporcionará $425 millones durante 7 años, además de equipo y experiencia.
“Para lograr nuestro objetivo de cero emisiones de la aviación para 2050, necesitamos conceptos de aviones transformadores similares al X-66A”, dice la NASA a la industria.
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