Un nuevo estudio ha proporcionado evidencia de que los anillos de Saturno son extremadamente jóvenes. Los datos muestran que son mucho más jóvenes que el propio planeta. Esta es potencialmente la respuesta a una pregunta que ha interesado a los científicos durante aproximadamente un siglo y medio.
Un nuevo estudio indica que la edad de los anillos de Saturno no supera los 400 millones de años, mientras que la edad del propio Saturno es de unos 4.500 millones de años. Y los científicos llegaron a tales conclusiones después de estudiar… el polvo.
Los científicos explicaron que pequeños granos de material rocoso son barridos constantemente a través del sistema solar y, a veces, este flujo puede dejar una fina capa de polvo en los cuerpos planetarios, incluido el hielo que forma los anillos de Saturno. Un nuevo estudio tiene como objetivo fechar los anillos de Saturno estudiando la tasa de acumulación de esta capa de polvo. “Piensa en los anillos como una alfombra en tu casa”, dicen los científicos. “Si tienes una alfombra limpia extendida, todo lo que tienes que hacer es esperar. El polvo se asentará en la alfombra. Lo mismo ocurre con los anillos”.
De 2004 a 2017, el equipo utilizó un instrumento llamado Cosmic Dust Analyzer a bordo de la nave espacial Cassini de la NASA para analizar partículas de polvo alrededor de Saturno. Durante 13 años, los investigadores recolectaron solo 163 partículas de polvo que provenían de fuera del entorno inmediato del planeta. Pero eso fue suficiente para calcular que los anillos de Saturno probablemente solo habían estado acumulando polvo durante unos cientos de millones de años.
En otras palabras, los anillos del planeta son nuevas formaciones que aparecen (y tal vez incluso desaparecen) en un tiempo que, a escala cósmica, puede compararse con un instante. “Sabemos aproximadamente cuántos años tienen los anillos, pero eso no resuelve nuestros otros problemas –dicen los autores del estudio–. Todavía no sabemos cómo se formaron estos anillos”.
Los científicos saben que Saturno tiene siete anillos, que están formados por innumerables trozos de hielo, la mayoría de los cuales no son más grandes que una roca terrestre. En total, este hielo pesa aproximadamente la mitad que la luna Mimas de Saturno y se extiende casi 175,000 millas desde la superficie del planeta.
Durante la mayor parte del siglo pasado, los científicos asumieron que los anillos probablemente se formaron al mismo tiempo que Saturno. Pero hay una observación interesante: los anillos de Saturno están limpios y relucientes, y consisten en aproximadamente un 98% de hielo de agua pura por volumen, con solo una pequeña cantidad de materia rocosa.
Cassini brindó la oportunidad de establecer la edad final de los anillos de Saturno. La nave espacial llegó por primera vez a Saturno en 2004 y recopiló datos hasta que volvió a entrar en la atmósfera del planeta en 2017. El instrumento Cosmic Dust Analyzer recolectó pequeñas partículas a medida que pasaban volando. Y para la próxima misión Europa Clipper de la NASA, cuyo lanzamiento está programado para 2024, los científicos diseñaron y construyeron un analizador mucho más complejo.
Hay otra noticia: los anillos pueden estar desapareciendo poco a poco. Un estudio anterior realizado por científicos de la NASA informó que el hielo se está hundiendo lentamente en el planeta y puede desaparecer por completo en otros 100 millones de años. Los científicos ahora están desarrollando teorías sobre cómo se formaron los anillos. Una de las versiones es que los anillos de Saturno podrían haberse formado cuando la gravedad del planeta desgarró uno de sus satélites. Pero entonces surge una nueva pregunta: si los anillos son dinámicos y de corta duración, ¿por qué los estamos viendo ahora? Los científicos aún tienen que establecer la razón de esta suerte.
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