La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA realizó ayer una maniobra crucial de corrección de trayectoria. Al encender los motores del Sistema de Control de Actitud (ACS), la nave espacial se dirigió a nuestro planeta de origen. Este pequeño ajuste garantizará que estará en la posición óptima para liberar una cápsula que contiene preciosas muestras de roca y polvo del asteroide Bennu a una altitud de 102.000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra el domingo 24 de septiembre.
Según la NASA, la nave espacial tuvo que cambiar su velocidad durante un minuto, pero menos de 1 km/h con respecto a la Tierra. Aunque este ajuste parecía menor, era sumamente importante; sin él, OSIRIS-REx no habría llegado a la Tierra y su invaluable carga no habría regresado.
La cápsula entrará en la atmósfera terrestre a una velocidad y en un ángulo estratégicamente calculados. Se espera que aterrice 13 minutos después de su lanzamiento en una zona predefinida que mide 58 kilómetros por 14 kilómetros. Esta zona de aterrizaje estaba marcada en el campo de pruebas del Departamento de Defensa en Utah, al suroeste de Salt Lake City.
Los equipos terrestres transportarán rápidamente la cápsula en helicóptero a una sala limpia temporal para evitar la contaminación. La NASA describió un ensayo reciente en Utah, que incluyó la recolección y transporte de muestras de rocas en helicóptero, como el más realista de todos sus ejercicios. Durante el regreso, el equipo también recogerá muestras de rocas cercanas para evaluar la posible contaminación de la cápsula.
Si bien el objetivo principal es, sin duda, devolver muestras, OSIRIS-REx tiene muchos otros viajes celestes por delante. Aproximadamente 20 minutos después de que se libere la cápsula de muestra, la nave espacial reiniciará sus motores. Esta vez, el objetivo será alejar la nave de la Tierra y dirigirla a su próxima misión: el asteroide Apophis en 2029, bajo el nuevo nombre OSIRIS-APEX (OSIRIS-Apophis Explorer).
OSIRIS-REx, la primera misión estadounidense para recolectar muestras de un asteroide, regresará a la Tierra el 24 de septiembre de 2023 con tesoros geológicos del asteroide Bennu. El material (piedras y polvo recogidos en 2020) promete servir como una cápsula del tiempo astronómica. Los científicos esperan que las muestras prístinas proporcionen información sin precedentes sobre los años de formación de nuestro sistema solar, hace unos 4.500 millones de años.
Aunque los ajustes actuales han puesto a la nave en camino a liberar la cápsula histórica, los ingenieros de la NASA no descartan nuevos ajustes en la trayectoria de vuelo. Si se considera necesario, la nave podría volver a encender sus motores el 17 de septiembre, realizando una maniobra final antes de liberar la cápsula una semana después.
OSIRIS-REx se encuentra a una distancia de unos 7 millones de kilómetros de la Tierra. Está avanzando por el espacio a casi 23.000 km/h, listo para un encuentro histórico con la Tierra a finales de este mes.
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