El telescopio espacial Euclid descubrió siete planetas interestelares más (o planetas huérfanos). Flotan libremente en el universo , no están atados a ninguna estrella, no tienen días ni años y se ahogan en la oscuridad. Sin embargo, los científicos señalan la posibilidad de que exista vida en ellos, y puede que haya millones de ellos en nuestra galaxia.
La semana pasada, la ESA publicó los primeros resultados científicos del telescopio Euclid desde el lanzamiento de la misión en julio. Entre las increíbles fotografías y descubrimientos que se pueden ver aquí se encuentran siete nuevos planetas interestelares . Se trata de gigantes gaseosos cuya masa es al menos cuatro veces la masa de Júpiter. Fueron descubiertos en la Nebulosa de Orión, la región de formación estelar más cercana a nosotros, a unos 1.500 años luz de la Tierra. Además, Euclides confirmó la existencia de decenas de otros planetas huérfanos previamente descubiertos.
Sin embargo, los astrónomos están seguros de que esto es sólo la “punta del iceberg”. Dado que los planetas interestelares no reflejan la luz de una estrella, su detección es similar a “buscar una aguja en un pajar”. Pero los planetas que descubrió Euclides son más calientes, por lo que son un poco más fáciles de ver. Cuando el Telescopio Espacial Romano Nancy Grace de la NASA se lance en 2027, se espera que encuentre muchos más planetas de este tipo, lo que posiblemente arroje luz sobre cuántos puede haber en el universo.
Para los científicos, estos mundos extraños a menudo causan “una sensación de asombro y misterio”. “Todos crecimos con el sol en el cielo, por lo que la idea de un planeta a la deriva en el espacio sin una sola estrella en el horizonte es sencillamente fascinante”, afirman los científicos. Pero en realidad no todos deambulan solos. Cuatro de los más de 20 planetas confirmados por el telescopio se consideran binarios: dos planetas que orbitan entre sí en un único sistema.
Si los planetas interestelares pudieran ser habitables en teoría, podrían convertirse en un objetivo clave para los científicos. Se cree que los planetas que carecen de calor de la estrella son fríos, con superficies congeladas, y entonces cualquier energía necesaria para sustentar la vida debe provenir del interior del planeta. Por ejemplo, la mayor parte de la energía de Neptuno proviene de su interior. Y las fuentes geotérmicas permiten que animales que nunca han visto la luz del sol sobrevivan en la Tierra. Pero incluso en las mejores condiciones, es probable que este aislamiento extremo solo sustente vida bacteriana y microbiana, creen los científicos.
Los planetas huérfanos recorren un camino solitario en el espacio, pero esta situación también tiene una ventaja. Cuando el Sol se convierta en una gigante roja -en unos 7.600 millones de años- se expandirá significativamente, envolviendo a la Tierra, pero los planetas interestelares no están amenazados, por lo que probablemente existirán para siempre.
Mientras tanto, el trabajo del telescopio Euclid proporciona pistas sobre cómo se crean. Es posible que algunos de ellos se hayan formado en la parte exterior del sistema solar antes de separarse de su estrella. Pero el estudio sugiere que muchos planetas huérfanos pueden haber sido creados como un “subproducto natural” del proceso de formación estelar.
Aquí te dejamos una lista de noticias que de seguro vas a querer leer: